La cuestión indígena
Este
trabajo trata sobre las etnias indígenas de la pampa húmeda y la
región patagónica y su relación con los criollos.
Desde la Tradición al Revisionismo Histórico se ve al mundo criollo y al mundo indígena como dos mundos separados. Mundo que estaba relacionado antes de la Revolución de Mayo, después parece que cada uno toma su rumbo.
Desde la Tradición al Revisionismo Histórico se ve al mundo criollo y al mundo indígena como dos mundos separados. Mundo que estaba relacionado antes de la Revolución de Mayo, después parece que cada uno toma su rumbo.
Desde
la perspectiva de la historiografía liberal la civilización arrasa
con la barbarie; desde el revisionismo, este estado nacional elitista
logra arrasar con las comunidades indígenas.
La
realidad es que nunca se cortaron las relaciones entre los dos mundos
(hispano criollo – indios y estado nacional- indios, para
comprender esto debemos replantear la idea de frontera interna e
internacional. La frontera fue una zona de intercambios donde los
indios tomaron cosas de los cristianos (caballo, espuelas, vicios) y
los cristianos comerciaban y también los reclutaban para sus
guerras.
Los
indígenas en la 1º década del siglo XIX son incorporados
políticamente, la cosa cambia después de 1810, porque en el ámbito
de lo que sería la República Argentina, los patriotas de primera
hora tanto en las primeras juntas como en la Asamblea del año XIII
no hacen mención a los indígenas pampeanos como habitantes del
país. Tampoco se alude al territorio que ellos ocuopan como parte
del territorio nacional. Las proclamas de la 1º Junta como los de la
Asamblea se tradujeron al quechua, aymara y guaraní solamente.
De
todas formas a los indígenas no le importaban mucho estas cuestiones
mientras se siguiera gobernando en nombre del rey con quien habían
hecho alianzas que reconocían su autonomía en Chile desde 1641 y
esta nueva república en las pampas en 1790. Esta situación de
autonomía construida por indios y españoles es la que no
reconocieron los primeros gobiernos patrios en ambos lados de la
cordillera, es más, en Buenos Aires comenzaron los proyectos
oficiales de expansión sobre las tierras indias apenas instalada la
Primera Juntai.
Aparece el conflicto, aparece el malón
y se comienza a delimitar la frontera: Dolores 1817; Tandil 1823.
Hay
que tener en cuenta que que el mundo indígena no es homogéneo,
llegan grupos del lado chileno al mando del Lonco Catriel que van a
establecer alianzas para defender la provincia y para solucionar la
falta de mano de obra. Si bien los negocios eran pacíficos nunca
cesaron las expediciones a territorios indígenas y se concertaban
sitios de intercambio.
Rivadavia
deja la negociación y envía al general Rauch a combatir a los
indios, esta política la mantiene Manuel Dorrego. Los indígenas
pierden autonomía política y se ponen nuevos puestos de frontera
para controlarlos 25 de mayo, Laguna Blanca, Bahía Blanca, en zona
sur se logra mantener cierto equilibrio que no se logra en zona
norte. En San Nicolás hay ataques indígenas y esto se debe a la
llegada de los grupos del otro lado de la cordillera que defienden a
los realista aun ya terminada la guerra de la independencia en el Río
de la Plata, eran grupos Ranqueles aliados de los Araucanos.
Durante
la guerra civil entre unitarios y federales también hay una lucha
para ganarse a los pueblos originarios para su causa. Ya en 1830 los
federales estaban identificados con el indio abstracto como símbolo
de la nacionalidad que se estaba construyendo y tenían una relación
tanto amistosa como conflictiva.
Los
unitarios conservaban una distancia social y cultural mayor, para
ellos todo indígena era un “salvaje” sin valor alguno, pero las
circunstancias forzaron la conciencia “civilizada” de los
unitarios e hicieron que también se acercaran y trataran de usar las
fuerzas indígenas contra los federales.
La
relación entre los cristianos y los indígenas era de amistad y
conflicto que se manejaban por medio del lenguaraz
blancos que viven entre los indios y conocen ambas lenguas. Los
indígenas soberanos eran muy fácil de movilizar, su alta motivación
más allá que se unan a tal o cual causa era al final contra todos
los cristianos, tenían una política de sacar provecho de toda
situación conflictiva entre los criollos y, a veces, sus necesidades
resueltas por una sociedad con más recursos que las de ellos, hacía
esa tarea relativamente fácil. Pero sus técnicas, sus motivaciones
más profundas, sus decisiones y juicios sobre lo que más les
convenía eran difíciles de cambiar y controlar aún para los más
hábiles líderes criollos.
Por
ejemplo, con Rosas, los indios siguiendo al gaucho Molina, lenguaraz,
logran apoderarse de todos los caballos y ganado de los unitarios y
también de estancieros extranjeros. Si bien apoyan a Rosas no lo
obedecen fielmente, porque también atacan sus estancias. Es una
situación confusa donde se dan momentos de negociación y momentos
en que se niegan. Rosas al emprender su “campaña al desierto” lo
hace con el plan de negociar, hacer que los indios se queden en paz a
cambio de la obtención de vicios (yerba, tabaco, alcohol) cuando
mengua el suministro vuelve el malón.
En
la década del 50 ya sin Rosas al Estado de Buenos Aires se le
plantea la necesidad de buscar una solución al tema, sin embargo se
sigue acudiendo a la rivalidad entre las comunidades para asociarlas
al nuevo conflicto Buenos Aires-Confederación.
Cuando
Asume Mitre como presidente se plantea la ocupación del territorio,
pero primero tiene el plan de derrotar a los caudillos federales de
La Rioja y Catamarca y hacerse cargo de la Guerra contra Paraguay.
Durante
la presidencia de Sarmiento, preocupa más la cuestión chilena que
los indígenas en sí mismos. A los indígenas se los ve como parte
del proyecto chileno, sobre todo porque la economía chilena de la
Patagonia gira en torno al crecimiento cerealero de Chile que a la
relación con el Estado Argentino.
Cuando
asume Nicolás Avellaneda incorpora a Adolfo Alsina como ministro de
guerra. Alsina propone para solucionar la cuestión indígena trazar
una zanja que vaya desde Río IV hasta Bahía Blanca e instalar una
línea de fortines. El objetivo era evitar el robo de ganado, hacer
sucesivas zanjas y a medida que se avanza incorporar al indígena al
Estado y al que se opone hacerle la guerra. Se incorporaría sus
tierras para el cultivo y mano de obra, no estaba la idea de
eliminación. Leer aquí para ampliar (pg. 16 a 23)
Alsina
fallece el 29 de diciembre de 1877 y en su lugar asume Julio A.Roca.
Roca
propone como proyecto modernizador la ocupación efectiva del
territorio en base a dos principios el capital y la propiedad
privada. El Estado necesita comprar tecnología y armas y para
conseguir el capital para hacerlo pone a disposición -en venta- las
tierras a conquistar, es decir se venden tierras para la producción
de materias primas antes de que se conquiste (la compran inversores)
incorporando la propiedad privada.
Roca
logra en 1789 hacer efectiva la ocupación la ocupación de la
confluencia de los ríos Neuquén y Limay, y hasta el año 85
continúan las campañas para incorporar el resto de la Patagonia.
iBELCHIS,
Martha, Fuerzas indígenas en la política criolla del siglo XIX, en
CAUDILLISMOS RIOPLATENSES, nuevas miradas a un viejo problema Noemí
Goldman Ricardo Salvatore compiladores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
si tenés algo que decir, decilio...