martes, 7 de septiembre de 2021

El Nacionalismo Católico



 

El Nacionalismo Católico. Reseña sobre textos de Fortunato Mallimaci: "El catolicismo argentino, desde el liberalismo integral a la hegemonía militar"; en 500 años de cristianismo en la Argentina, Bs.As. 1992.

La crisis de los años 30 que sacude tan profundamente a la sociedad argentina cuestiona también al movimiento católico. El proyecto católico que se hará hegemónico, no es entonces fruto de concesiones o conciliaciones, sino que responde a una lógica y estrategia interna fruto de un análisis que se hace de la realidad argentina y mundial. Vamos a asistir al pasaje de un catolicismo de conciliación a otro de integralidad, de un catolicismo defensivo o subalterno al Estado liberal a otro ofensivo y parte central del nuevo Estado, de una cultura hegemónica liberal a otra católica hegemónica. La "Nueva Argentina" será la "Argentina Católica".

El catolicismo argentino, en su versión integralista, busca ser la gran matríz cultural que de cimiento y perdurabilidad a una nueva hegemonía. Para ello expande notablemente su presencia a través de colegios primarios y secundarios a cargo de órdenes religiosas. Pero lo más importante es la expansión territorial al aumentar considerablemente el número de parroquias y transformar así el espacio donde se socializan nuevos imaginarios.

* El Dispositivo del Catolicismo Integral.

foto: Página 12

Desde 1922 un grupo de jóvenes profesionales decide enfrentarse a partir de su fe católica a las culturas que consideran dominantes en Argentina. El objetivo es rearmar la inteligencia católica, crear un espacio propio y de ese modo irrumpir en la vida nacional. Se crean los Cursos de Cultura Católica, cuya principal filosofía y soporte teológico fue la aplicación de la obra de Santo Tomás de Aquino, tal cual se difundía en círculos católicos europeos en esos momentos. Los Cursos, obra de laicos con apoyo institucional de la curia , multiplicaron sus actividades en busca de eliminar las culturas presentes en Argentina para construir en su reemplazo una católica y hegemónica. Los Cursos nacen no solamente para "combatir los errores" de la sociedad, sino para "combatir y denunciar los errores al interior del catolicismo. Julio Meinvielle se destaca como figura central. Difusor de la Juventud Obrera Católica y del Scoutismo entre los jóvenes, constructor de barrios y ateneos populares. Su pensamiento circula en cientos de folletos, revistas y libros, su influencia es fundamental a la hora de comprender el movimiento católico integral. 

Según Meinvielle, el virus de la modernidad ha penetrado en vastos sectores sociales. La función política no puede ser sino aristocrática, esto es el gobierno de los virtuosos. La aristocracia lleva a la realización práctica del estado de la virtud, cuyo conocimiento ha aprendido de los labios de los sacerdotes. Un sector de l catolicismo integral profundizará en esta linea de pensamiento y encontrará en el interior de las Fuerzas Armadas las condiciones y el ambiente propicio para recrear el movimiento de reascención que necesita la patria.

Si los Cursos eran un hogar para las clases altas desencantadas, el proyecto necesitaba también crear espacios y organizaciones en otros sectores sociales. El 5 de abril de 1931 el episcopado argentino instaura oficialmente a la Acción Católica Argentina, con ella se busca llegar a nuevos sectores sociales e impulsar la presencia social del catolicismo. La recién creada Acción Católica Argentina funcionará según el modelo italiano con ramas por sexo y edades: hombres y mujeres, las y los jóvenes y con el tiempo se creará la rama de profesionales (comprendiendo a estudiantes universitarios).

En 1928, como fruto del esfuerzo de los hombres de los Cursos y con el apoyo de las órdenes religiosas, el clero local y las familias adineradas se crea la revista Criterio. Su presencia es clara y muestra los rasgos del movimiento católico integral.

En el golpe del 30, desde la revista Criterio se saluda y apoya al golpe, aunque manifiesta no estar enterado, y así mismo otras publicaciones como ELBUEN AMIGO de una parroquia de Saavedra, pero no mucho más. 

Al homogeneizar el integralismo a una gran parte del catolicismo argentino y continuar en crisis las otras matrices culturales, el "verdadero catolicismo"se puede presentar a la sociedad como el autentico sosten de la Patria y la Nacionalidad: es el símbolo de la ARGENTINIDAD. La integración nacional que buscan aquellos sectores que están o desean ascender socialmente en la escala de la estratificación argentina especialmente sectores medios, hijos de inmigrantes europeos y obreros que buscan más "nacionalizarse" que "clasistizarse" junto a migrantes internos de religiosidad popular católica -encuentran en su afirmación como católicos un espacio legitimador y dador de sentido a su integración a la "nueva Argentina". El catolicismo pasa así de ser sinónimo de nacionalidad. Una nueva identidad católica se recrea en el país. Símbolo de homogeneización societal es la ampliación y masificación de la devoción a la Virgen de Luján, "la virgen argentina" a la cual poco a poco las diversas colectividades inmigrantes así como los nativos recién llegados a la gran urbe incorporan como signo exterior de esas identificación.

El presidente Agustín P. Justo, huérfano de sostén popular, comienza con la práctica que luego se hará común, primero en gobiernos cívico- militar y luego en cualquier tipo de gobierno: la búsqueda de la legitimidad católica. En octubre de 1934, el país es consagrado al Corazón de Jesús, las banderas argentina y vaticana comienzan a ondear juntas en las ceremonias públicas; obispos y funcionarios comparten el mismo palco.

Si en el 30 el golpe cívico-militar fue apoyado por los sectores liberales-conservadores agro-exportadores desplazados por el gobierno democrático del radicalismo, en el 43, salvo los sectores que están en el gobierno, el resto de partidos, grupos e instituciones saludan la presencia militar.

Por primera vez las FFAA legitiman su accionar desde lo religioso. Para todo un sector del catolicismo argentino en alianza con las FFAA ha llegado el momento de hacer católica no solo la sociedad sino el Estado. Sacerdotes ocupan puestos claves en el nuevo gobierno, asumen ministerios, gobernaciones o universidades. En junio de 1943, los diversos sectores del catolicismo integral dan su total apoyo al nuevo gobierno cívico-militar-religioso.

En noviembre de 1954, el presidente Perón denuncia la infiltración del clero en los sindicatos y en la vida política. Una concepción del peronismo y el catolicismo como totalidad ya no pueden convivir para esa época. El conflicto social, político, militar y cultural de la sociedad argentina se expresa también ahora en términos religiosos. Se obliga a optar de ambos lados: o peronista o católico.

En septiembre de 1955 un alzamiento cívico-miltar-religioso pone fín a la experiencia del peronismo.

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